Una de las cosas más extrañas de los años 2000 es cómo simplemente aceptamos, como si fuera algo natural, los robos de vehículos y de garajes, así como los secuestros de coches, como una especie de fauna en respuesta al declive económico. Me parece muy de Johannesburgo y es una locura lo ineficaz que es la policía a nivel estatal para solucionarlo.