Haz de la privacidad una insignia de honor. Haz de las herramientas de privacidad un símbolo de estatus. Haz que el acto de encriptar, auto-alojar y enmascarar tu identidad sea una señal que diga que eres independiente, inteligente y no fácilmente manipulable. Hagamos que la privacidad sea genial de nuevo.