Temer a perder es lo que causa nerviosismo; si quieres ganar, no lo harás. Las personas que temen a perder son cautelosas en cada paso, como si caminaran sobre hielo delgado; quienes realmente desean ganar, solo ven la meta. Así que no pienses siempre en "¿qué pasará si pierdo?", deberías preguntarte: "¿qué tan genial sería ganar?" Perder no es aterrador, lo aterrador es tener miedo. Recuerda, hermanos: si no tienes talento, ¡depende de la repetición!