Estás observando el mercado. La configuración es limpia. La señal está ahí. Y sin embargo, dudas. El comercio se siente arriesgado. Tan arriesgado, de hecho, que comienzas a preguntarte si tenías una señal. No porque tu método haya cambiado, sino porque el miedo se ha infiltrado. Empiezas a reunir razones por las que podría fallar. Recurres a titulares, narrativas y gráficos que normalmente ignorarías, cualquier cosa para justificar la inacción. Mientras tanto, el mercado se mueve. Se aleja de su punto de entrada, el que habría tomado si hubiera confiado en su proceso. Ahora estás en conflicto. Todavía crees en la configuración, pero el precio ha cambiado. El riesgo es mayor. El momento se siente más difícil. Comienza el tira y afloja. No querrás perdértelo. No quieres perseguirlo. No haces nada. Esta es la parálisis que todo trader conoce.
3.23K