Su agente de IA acaba de acceder a 12 sistemas diferentes para enviar un correo electrónico a un cliente. Un empleado humano puede acceder a 3-4 sistemas como máximo. ¿Pero agentes de IA? Se conectan a su CRM, plataforma de correo electrónico, base de datos, procesador de pagos y más. Aquí está el problema: si ese agente se ve comprometido, un atacante ahora tiene una clave maestra para toda su infraestructura digital. Este escenario exacto se desarrollará en todas las organizaciones que se apresuran a automatizar la IA. La solución no es evitar la IA, es construir primero bases de seguridad adecuadas.