Hay cuatro tipos de suerte, como los describe Naval Ravikant. Primero, experimentas "suerte tonta" o "suerte ciega" cuando algo completamente fuera de tu control funciona bien para ti. Luego está la suerte que logras a través de la persistencia. Te tropezarás con él si siempre estás apurado. La fortuna favorece a los valientes, como dice el refrán. El tercer tipo de suerte consiste en volverse muy bueno para detectarlo. Cuando se presenta un golpe de suerte en un campo en el que eres altamente calificado, lo notarás mientras que otros que no están sintonizados no lo hacen. Así que te vuelves más sensible a la suerte si tienes una mente preparada. Pero Ravikant ve el cuarto tipo de suerte como el más poderoso, y lo llama "la suerte que te encuentra". Construyes tu carácter y tu reputación de tal manera que las oportunidades te llegan. Puedes aprovechar situaciones que otros podrían considerar afortunadas, pero sabes que no lo fueron. Eventualmente se vuelve tan predeterminado que deja de ser suerte. Tu carácter se convierte en tu destino. La suerte se convierte en destino. Me gusta cómo suena eso.
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